sábado, 21 de marzo de 2015

Las columnas dóricas, jónicas y corintias



El orden arquitectónico dórico es originario del sur de las costas del Peloponeso de Doria y es el más sencillo de todos.
El orden jónico es del este, de las islas Jónicas y el corintio de Corinto.
Los templos dóricos eran bajos y daban la sensación de ser macizos, las columnas eran gruesas no tenían base y el fuste era acanalado parecido a las otras columnas. El capitel era muy simple sin bordados, tenía dos partes, el ábaco y el  equino.
Las columnas sostenían el entablamiento, las cornisas eran salientes para el agua, la parte inferior (arquitrake) y un friso de triglifos y metopas.



En  cambio las construcciones jónicas tenían mayor tamaño y todas tenían doble fila de columnas, más estilizadas y eran también acanaladas, pero tenían una sólida base. Las columnas jónicas tenían el capitel bien trabajado, constituido por el ábaco, el equino y  dos gráciles volutas (adorno en forma de espiral de algunos capiteles). Los frisos estaban adornados con relieves.
Uno de los templos representativos de ese período fue el Templo de Artemisa.
El período clásico o apogeo de la arquitectura griega fue en los siglos V al IV a.C. en este momento aparece otro orden,  las columnas corintias.
Lo que más distingue al orden corintio es el capitel muy trabajado y rematado con hojas de acanto (planta herbácea perenne con hojas largas y espinosas).
La base también es distinta a las anteriores, y pasaron a ser tres las filas de columnas, una muestra de este estilo es el Partenón.
El orden corintio lo usaron mucho los romanos.
En el siglo III a.C. en el período helenístico las columnas tenían sus capiteles muy trabajados, sostenían los frisos construidos en relieve con mucha elegancia y una majestuosidad insuperable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario